Proyecto sobre SubDesarrollo Mundial

El Desempleo

Uno de los más grandes problemas de las sociedades actuales es la carencia de un trabajo digno para
sus individuos. El paro es, hoy en día, un problema que afecta tanto a los países ricos como, en mayor
medida, a los pobres. En la raíz del problema se encuentran los graves daños causados en la sociedad
por el sistema capitalista. En su obsesión permanente por abaratar los costes de producción sumados a
los avances tecnológicos, explican la tendencia a reducir la mano de obra. Por ello, el problema del
paro no reside tanto en el estancamiento económico de una sociedad, aunque sea su factor primordial,
sino en la política económica adoptada por la misma.
Podemos decir que en las economías actuales cierto nivel de desempleo es inevitable. El problema
surge cuando éste aumenta incontroladamente y no se toman medidas para contrarrestar sus efectos
entre quienes lo sufren.
El paro o desempleo es la situación de las personas que, teniendo
capacidad y deseo de trabajar, no encuentran ocupación laboral.
Quedan excluidos:
Los que no tienen capacidad para trabajar por motivos físicos o
legales, por invalidez total, por ser muy jóvenes (menores de 16
años) o por estar jubilados.
Aquellos que no desean trabajar, teniendo capacidad para hacerlo.
El desempleo se mide a través de la tasa de desempleo, que se calcula así:











Informe anual OIT: 230 millones de Desempleados en 2009
Esta semana la Organización Internacional del Trabajo presentó su informe anual Tendencias Mundiales del empleo. La publicación proyecta algo que el mundo estimaba: la crisis económica mundial aumentará el número de trabajadores desempleados, trabajadores pobres y trabajadores con empleos vulnerables.
El informe que vio la luz el 28 de enero indica que el desempleo a nivel mundial aumentará en 2009 con respecto a 2007 en una cifra entre 18 y 30 millones de trabajadores, y hasta más de 50 millones si el contexto internacional continúa empeorando, lo que ascendería la cifra a 230 millones.
En lo que refiere a América Latina, la publicación señala que hasta 2,4 millones de latinoamericanos podrían perder sus empleos este año.  La oficina regional de la OIT en Lima informó que si bien en 2008 el desempleo urbano en América Latina descendió de 8,1% a 7,4%, en 2009 se revertirá esa tendencia, ocasionando un aumento, por primera vez desde el 2003, de entre 7,9% y 8,3% como promedio anual en el 2009. Una noticia positiva, entre tantas malas, es que América latina dejó de estar entre las zonas más afectadas del mundo, como sucedía en tiempos no tan remotos. El  Norte de África y Oriente Medio siguen teniendo las tasas más elevadas de desempleo.

Tipos de desempleo

No todo el paro es de la misma naturaleza, sino que hay diferentes tipos de desempleo:
Cíclico: relacionado con las fases de la economía: cuando hay recesión y depresión, el paro
aumenta y en las fases de expansión económica, el paro disminuye.
Estacional: según las épocas del año, hay más o menos demanda de mano de obra. Por
ejemplo, las labores agrícolas y los servicios turísticos originan todos los años altibajos
periódicos en el número de desempleados.
 

Estructural: cambios duraderos en algunos sectores (minería, pesca...) ocasionan un exceso
de mano de obra que se puede reducir con el reciclaje de los obreros o transformando las
industrias en las zonas más deprimidas.
Friccional: es el paro que existe durante el tiempo que se tarda en encontrar un empleo.



  




De todas las posibles situaciones de desempleo, la más preocupante es el llamado desempleo de
larga duración, que se produce cuando el paro supera los doce meses consecutivos.
Todos los países desarrollados toman medidas contra el paro:
Aumento de la demanda de bienes y servicios: para que esto sea posible se suele facilitar el
acceso a préstamos, reducir los impuestos, etc.
Disminución de costes salariales controlando la subida de salarios, ofreciendo subvenciones
a las empresas y reduciendo las cotizaciones a la seguridad social.
Flexibilización del mercado laboral, reciclando a trabajadores, limitando las horas
extraordinarias, adelantando la jubilación, etc.
Para paliar, al menos en parte, las consecuencias de la inactividad laboral, las sociedades avanzadas
cuentan con subsidios por desempleo, que constituyen uno de los logros más reconocidos del
Estado del bienestar, régimen de igualdad de oportunidades y protección social.
En nuestro país, cualquier trabajador por cuenta ajena que pierda su empleo o cuya jornada de trabajo
se vea reducida como mínimo en un tercio, puede recibir subsidios de desempleo, que pueden ser
contributivas si el asalariado ha cotizado a la Seguridad Social mientras trabajaba y, no contributivas
(de asistencia social) si los perceptores no tienen o han dejado de tener derecho a las prestaciones contributivas.